Terapias naturales

Las terapias naturales pueden complementar un tratamiento convencional, pero no sustituirlo. ¿ Son realmente beneficiosas para la salud y seguras?

Desde tiempos ancestrales, el ser humano ha tenido la necesidad de encontrar explicación y cura para sus dolencias. Los remedios han sido de lo más variado a lo largo de la historia, basándose desde en superstición o religión, hasta en conocimientos heredados, ensayo-error, etc. A finales del siglo XIX aparece el método científico y con él cambia radicalmente la manera de entender la medicina.

Muchos años después, el debate entre medicina tradicional y medicina convencional sigue activo y continúa dando lugar a controversia.

¿Qué son las terapias naturales?

Las terapias naturales (denominadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), “medicina tradicional y complementaria”), son modelos de tratamiento que llevan practicándose desde tiempos ancestrales. Suelen ser muy diversas entre sí, pero tienen en común que trabajan desde un punto de vista holístico del ser humano, es decir, tratan como un todo lo físico, mental y espiritual.

Según la OMS, la medicina tradicional es la diversidad de prácticas sanitarias, enfoques, conocimientos y creencias, aplicados individualmente o en combinación para mantener el bienestar, así como tratar, diagnosticar o prevenir enfermedades. Es un término amplio utilizado para referirse tanto a los sistemas de medicina tradicional (por ejemplo, la medicina tradicional china, el ayurveda hindú y la medicina unani árabe), como a las diversas formas de medicina indígena. Pueden ser:

  • Terapias con medicación: implican el uso de medicinas a base de hierbas, partes de animales y/o minerales.
  • Terapias sin medicación: terapias espirituales, técnicas manuales y ejercicios.

También hay una distinción importante a la hora de denominar las terapias naturales. Pueden considerarse:

  • Terapias complementarias: cuando se consideran las terapias naturales como medicina paralela, conjuntamente con la medicina convencional.
  • Terapias alternativas: cuando se emplean en vez de la medicina convencional.

A pesar de que los avances tecnológicos y de la investigación han ayudado a avanzar y consolidar la medicina convencional -también denominada “oficial” u “occidental”- (es decir, la medicina empírica, basada en el método científico), en los últimos años, las terapias naturales han ido en auge. Los detractores más frontales de las terapias naturales, las denominan “pseudoterapias” y alertan de los peligros de utilizarlas.

Regulación de las terapias naturales

La falta de regulación legal de las terapias naturales, así como de estudios que avalen sus resultados, ha generado una alta controversia que ha llevado a un intento de estandarización por parte de los gobiernos de los diferentes países occidentales. Los principales factores que se cuestionan son:

  • ¿Son realmente eficaces?
  • ¿Son seguras para la salud?
  • ¿Hay evidencia científica?
  • ¿Cuál es el límite entre lo realmente terapéutico y el fraude? ¿Deberían responder incluso a responsabilidades legales/criminales?
  • ¿Quién las utiliza?

Según de dónde provenga la estimación de la frecuencia de uso de las terapias naturales, hay resultados muy dispares y es difícil estimar su utilización real.

Aparentemente las utilizan más las mujeres, sobre todo con estudios superiores y recursos económicos.

 

Clasificación de las terapias naturales

El Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad publica crea en 2011 el primer documento de análisis de situación de las terapias naturales. Tomando como referencia la clasificación del National Center for Complementary and Alternative Medicine (NCCAM), se clasificaron en cinco áreas:

  • Sistemas integrales o completos: homeopatía, medicina naturista, naturopatía, medicina tradicional china, acupuntura, ayurveda, etc.
  • Prácticas biológicas: fitoterapia, terapia nutricional, tratamientos con suplementos nutricionales y vitaminas, etc.
  • Prácticas de manipulación y basadas en el cuerpo: osteopatía, quiropraxia, quiromasaje, drenaje linfático, reflexología, shiatsu, sotai, aromaterapia, etc.
  • Técnicas de la mente y el cuerpo: yoga, meditación, kinesiología, hipnoterapia, sofronización, musicoterapia, arteterapia, etc.
  • Técnicas sobre la base de la energía: Qi-Gong o Chi-kung, Reiki, terapia floral, terapia biomanética o con campos magnéticos)

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