Beneficios de las semillas de chía

¿Cómo se toman y cuál es la cantidad recomendada?

La forma más habitual de comer las semillas de chía es mezclándolas con agua o zumo. Se pueden añadir de 1 a 3 cucharadas según los gustos, se remueven y se dejan reposar un mínimo de 15 minutos hasta que forman un gel, el cual puede añadirse a la comida.
La ración habitual es de 10 a 20 gramos y suele consumirse como un ingrediente complementario en otros platos principales (ensaladas, batidos, yogures, panes, galletas, zumos, etc.) o incluso como suplemento. Aunque, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) lo cataloga como un nuevo alimento, pudiendo utilizarse como ingrediente en otras preparaciones.

3 Beneficios de las semillas de chía

  • Protección cardiovascular: los estudios confirman su efecto cardioprotector debido a su contenido en omega 3, ácido graso con propiedades antiinflamatorias, vasodilatadoras y antitrombóticas. Por tanto, ayudan a prevenir la presión arterial alta, la hipercolesterolemia y la hipertrigliceridemia.
  • Mejora el tránsito intestinal: su alto contenido en mucílagos (fibra soluble que aumenta de volumen en contacto con el agua) estimula el movimiento intestinal mejorando el estreñimiento. Además, su viscosidad hidrata y lubrica el tubo gastrointestinal ayudando a expulsar las heces.
  • Mejora hiperglucemias: gracias nuevamente a la fibra soluble, ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre, pues la fibra “atrapa” parte de estos azúcares absorbiéndose de manera más gradual.

Contraindicaciones

Como sucede con otros alimentos saludables, si no existen patologías, pueden consumirse sin comportar ningún problema para la salud. Debe tomarse con precauciñon si:

  • Sufre problemas digestivos como gases, enfermedad de Crohn, inflamación o distensión abdominal, etc. En este caso debe consultar al equipo médico para evitar sentir molestias si se consume en exceso.
  • Sufre divertículos y debe realizar una dieta exenta de granos enteros por el posible riesgo de desencadenar daño luminal y sangrado diverticular.

En la actualidad, no hay pruebas científicas que prueben que estos alimentos provocan un factor de riesgo. De todos modos, sería interesante consultar con el especialista

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